miércoles, 18 de febrero de 2009

Un tonto muy tonto

Maldita sea. Ayer viví una experiencia realmente estúpida. Estuve como hora y media jugando a uno de los peores juegos del mundo. Uno de estos de facebook en que manejas un muñeco que va por la habitaciones de un hotel. Al estilo de aquel popular Habbo Hotel. Pues bien, alguien me envió la típica solicitud para entrar en el juego y después de cenar, asqueado de mi primer día como falso opositor, entré en el susodicho juego y cuál fue mi sorpresa, que me encontré a 3 ó 4 camaradas que también, pensaba yo, se hallaban en mi misma situación. Me hacía gracia, en parte, el hecho de hacer el imbécil con mi muñequito y chatear de esta original manera con los co-usuarios del programa. Empecé a escribir breves textos que, acto seguido, aparecían en forma de "bocadillos" sobre la cabeza de mi muñeco. Y me sorprendía el hecho de que mis compañeros, no sólo no me respondieran, sino que su única respuesta eran unos incomprensibles iconos en forma de risa, llanto, enfado, etcétera. Cada cierto tiempo, a alguno de ellos le daba por ejecutar algún extraño baile, a lo cual respondí yo, ora con indiferencia, ora con una leve sonrisa. Otras veces, de forma reitarada, mis compañeros optaban por realizar una acción que parecía ser el lanzamiento de un plato sobre la cabeza de mi hombrecillo. Ni siquiera la primera vez me hizo la más mínima gracia. A pesar de ello, bajo la tenue luz de mi flexo y en la soledad de mi sala de falso estudio, y lo que parecía, a pocos minutos de mi cita con el catre, no sólo respondí a tamaña ignonimia con una acción idéntica, sino que la repetí hasta la saciedad, cientos de veces quizás. En cuanto al intercambio de iconos (véase, sonrisa, cabreo, carcajada, etc) me dije a mí mismo, ¡vaya! no deja de ser romántico el hecho de volver al cine mudo, a expresar con gestos lo que queremos decir, a reinterpretar "WALL-E" a modo de juego virtual, por unos minutos. Sí, un poco infantil, quizás, pero qué demonios, por qué no. Resulta que yo nunca he leído las instrucciones de los juegos. Esa labor siempre ha correspondido a mi hermano, mucho más avezado lector. Intentando al día siguiente, es decir, hoy, comprender las instrucciones del juego, leí un mensaje que decía que puedes interactuar con los usuarios, incluso cuando no estén online. Es decir, estuve cerca de dos horas lanzando objetos a muñecos manejados por "la máquina", como quien dice; regalé ridículos soliloquios a las paredes de un hotel ficticio; flirteé con mujeres no sólo irreales, sino manejadas, también, de forma aleatoria por una máquina, creí mantener conversaciones con gente, pero lo más parecido a la "gente" en ese hotel, era la "ingente" cantidad de soplapolleces con que brindé al servidor, mientras un servidor, esbozaba sonrisas por doquier interpretando, a su manera, las respuestas aleatorias de entes cibernéticas. Curioso, facebook acababa de espetarme un efecto Koulechov en todo el rostro y yo, sin darme cuenta. Sentí unas terribles ganas de echarme a llorar. Miré a todas partes, buscando una soga, una bala, un arma blanca, un martillo, un taladro, un hamster (esto no sé por qué lo buscaba), un cartucho de dinamita, un frasco con dos tibias y una calavera. Nada... Entonces, se hizo el silencio. Reinó la calma y notaba la presencia de alguien más. No podía ser, era mi abuelo. Estoy seguro, era la figura de mi abuelo que había venido a visitarme. Obviamente, poco acostumbrado a apariciones de esta índole, completamente aterido, me eché atrás y noté el tacto de su gélida mano sobre la mía, que trémula, intentaba eludir el contacto de su ancestro. Lejos de sonar como una voz de ultratumba, la entrecortada voz del cándido anciano me susurró de forma nítida, grave, contundente: "Sandro...." ¿Sí abuelo? Contesté yo, atemorizado mientras una pueril lágrima descendía por rugoso valle que formaba mi peluda tez. "Sandro, eres un imbécil".

3 comentarios:

M€ dijo...

Qué razón tiene tu abuelo, oye.

Paula G. Montes MARIPOSA EN METAMORFOSIS dijo...

q triste suena tu comentario...snif...dont worry, que habrá épocas mejores...ya verás...aunque eso me recuerda una frase de las mías (ya sabes, tú eres de pelis, yo de libros) dice algo así como que: no te preocupes, sea cual sea tu sueño, ya estás en él, ya has llegado, donde estás hoy, ése es tu destino....así que relájate y disfruta del sol, de la noche, de la gente, de tu sonrisa y de la vida...un beso!!!

Ignatius J. Reilly dijo...

bueno, oye, que lo del sueño es pura ficción. Es que no sabía como terminar el post.