martes, 16 de junio de 2009

Desde arriba


En pocos días, Don A ha pasado de Madrid a Vigo, del estrés de pensar que podría tener alguna enfermedad importante a la tranquilidad de recuperar su vista y poder disfrutar de ella. De la desesperación de no encontrar trabajo a encontrar uno. Aquél había sido uno de esos pocos momentos, fútiles par muchos, vitales para él, que se llevaría a la tumba. Porque en momentos así uno descubre de qué pasta están hechas algunas personas. Los tornas habían cambiado y uno de sus dos grandes objetivos para ese verano ya se había cumplido. Lo que no mata debería hacernos más fuertes. Ha merecido la pena.

3 comentarios:

estefanía vázquez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
estefanía vázquez dijo...

hola ignatius,
me alegro mucho de que por fin tengas en tus manos las ansiadas riendas de tu vida. yo, en fase aun de espera, ansío llegar a agarrar las mías...
bienvenido al resto de tu vida, espero que sea de lo más agradable ;)
beijinhos

M€ dijo...

En la foto sales muy bien.