sábado, 19 de mayo de 2007

Miedos (Mario Benedetti)














El miedo tiene varios accesorios
uno es el horizonte inalcanzable
pero el más despiadado es el espejo
que va agregando arrugas y otras huellas
de los engaños y de las tristezas.

está el miedo a la muerte que se junta
con el miedo a la vida
y está la soledad con su semáforo
rojo que impide el paso
al carretón de la melancolía.

está el miedo al coraje
que es un sable afilado en la sorpresa
con leyes naturales y noticias
que entran a saco en la serenidad
antes de abandonarnos en el sueño.

El hombre presume a menudo de su firmeza, valentía, sobriedad. Presume a menudo de no dar su brazo a torcer, se avergüenza de decir que tiene miedo, se empequeñece a la hora de reconocerlo y de pedir ayuda. No recuerdo dónde leí que las palabras que más cuesta decir son perdón, por favor y lo que más cuesta pedir es ayuda. Pero no todos los hombres son fuertes. La fuerza no es algo innato del hombre, y muchas veces he visto y protagonizado mucha soberbia disfrazada de fuerza, mucha cobardía disimulada. No creo que haya nadie en este mundo que no haya tenido un miedo atroz ha menudo en su vida, ya sea el miedo al ridículo, el miedo a hacer daño, el miedo a no ser aceptado, el estúpido miedo al qué dirán, el miedo a defraudar, el miedo a la oscuridad, el miedo a no ser querido, al miedo a querer, el miedo a perder, el miedo a perder lo que tanto has querido o lo que tanto has tardado en conseguir. Al principio pensaba, quizás por los consejos de los mayores, que el miedo te hacía más fuerte, te hacía menos vulnerable, al tener que estar alerta. Yo creo que el miedo nos hace más débiles. Nos desilusiona. Nos hace desconfiar. Nos carcome, nos hace envejecer más rápido y enerva más fácilmente, nos consume. Incluso me atrevería a decir que nos hace ser peores personas. Pero no hay forma de escapar a los miedos, simplemente aparecen tan rápido como nos cuesta deshacernos de ellos. Todo esto hasta forman parte de nosotros mismos. Dice la gente que hay que vencer los miedos, pues a mí no me apetece. Yo tengo mucho miedo a muchas cosas. Y simplemente están ahí, son parte de mí y quizás me los lleve a la tumba. No haré grandes esfuerzos para superarlos, simplemente intentaré hacer mi vida lo mejor posible y que ellos decidan si quieren quedarse conmigo o no. Porque soy humano antes que hombre. No creo que haya que vencer los miedos, creo que hay que aceptarlos e intentar vivir con ellos ignorándolos.

14 comentarios:

Lucía dijo...

Cuando eres pequeño, tienes miedo a muchas cosas: a la oscuridad, a mirar debajo de la cama, a que te castiguen, a que se rían de ti en el colegio, a ver a los Reyes Magos, y a mil cosas más.
Cuando creces, piensas en lo absurdos que eran todos esos miedos, te ríes y te sientes mayor por haberlos dejado atrás.
De repente, un día, caes en la cuenta de que, con el paso del tiempo, tus miedos no hacen más que incrementarse. No sólo se incrementan sino que cada vez son peores, son peores y muy pocos tienen solución.
En muchas ocasiones, tenemos que enfrentarnos a ellos y, una vez que lo hacemos, nos sentimos mejor. El problema, creo yo, es que hay miedos a los que jamás seremos capaces de enfrentarnos y, como muy bien dice Benedetti, nos los acabaremos llevando a la tumba. Pensaremos que todo ha acabado. Ingenuos de nosotros porque, en la tumba, aún tendremos que vernos las caras con el más grande de nuestros temores.

Lucía dijo...

Y qué viva la filosofía barata!

Anónimo dijo...

No tan barata. Sólo una cosa: tenías miedo a ver a los Reyes Magos???

Lucía dijo...

Claro! Porque mi madre me decía que si ellos se daban cuenta de que los había visto entrando en casa, se llevarían los regalos y sólo me dejarían carbón.
Una vez me levanté jurando y perjurando que los había visto. Estaba muerta de miedo, entré en el salón dando por hecho que ese año no habría regalos para mi. El poder de la imaginación es increíble. Te prometo que aún ahora recuerdo perfectamente como y donde los vi. Iban por el pasillo hacia el salón y yo me tapé la cara con las mantas y el corazón me iba a mil por hora. Haber dejado de creer en los Reyes Magos es lo peor que me ha pasado.

Anónimo dijo...

Quieres decir que los viste y aún así no crees en ellos? Tal vez no fuese tu imaginación jugándote malas pasadas. Quizá lo peor que te ha pasado en tu vida no haya tenido por qué haber sucedido, si es verdad que viste a Sus Majestades, Los Reyes de Oriente...

Lucía dijo...

Dios, no sé, estoy confundida.

Ignatius J. Reilly dijo...

Pero señorita Tenenbaum, si usted jura y luego perjura, no es acaso eso una contradicción?

Lucía dijo...

No sé si es una contradicción. ¿Qué significa perjurar?

Ignatius J. Reilly dijo...

perjurar es jurar con falsedad.Yo me di cuenta de ese error hace poco porque hay mucha gente que dice "juro y perjuro" como si perjurar fuese redundar en el juramento, pero un día lo busqué y me di cuenta que es jurar falsamente, ergo sería una contradicción.

Lucía dijo...

Qué sabio eres, Sandro. De todas formas, supongo que esa frase es una frase hecha, no?

Anónimo dijo...

Odio tener que contradecirle Sr. Reforestador, sin embargo perjurar, además de significar faltar al juramento o jurar en falso, también significa ser reiterativo o insistente en el juramento. La diferencia está en que, en el primer caso, "perjurar" actúa como verbo intransitivo y en el segundo como transitivo.

Ignatius J. Reilly dijo...

Retiro lo dicho. Tenía razón la señorita Tenenbaum. Cito textualmente usando la enciclopedia Larouse com fuente:
Perjurar:1)Jurar mucho o por vicio
2)jurar en falso
3)Incumplir un juramento
"Baltasar juró y perjuró que su amor era de las más probada y acendrada pureza" (Pardo Bazán)

Anónimo dijo...

Maldito Baltasar...

Anónimo dijo...

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